¡Otra vez, como si real mente hubiera funcionado, los ecuatorianos acudiremos a las urnas para elegir presidente a su binomio, a las y los asambleístas que regularán el orden jurídico del país, ah!, y a los parlamentarios andinos, que menos del 1% de la población conoce que es lo hacen.
Una vez más personajes públicos o que se vuelven públicos, que ofrecerán resolver las problemáticas sociales, que en realidad desde mi perspectiva se han acentuado de manera crítica, y por cierto, otros que ni son públicos ni logran volverse, pues rellenan listas y en eso queda verdaderamente su nombre, de propuestas ni hablar.
En unos meses más, iremos a las urnas, los cuales mientras transcurren, seremos testigos de los ataques que se propinen unos candidatos contra otros, y por si fuera poco, de manera fanática nos sumaremos a defender al candidato por el cual decidamos votar, lo defenderemos atacando al otro como si fuera algún miembro de nuestras familias.
Una muerte cruzada se tuvo que dar, para que el anterior presidente deje antes del tiempo su cargo, lo que provocó unas elecciones emergentes y en cortísimo tiempo, eligiendo a alguien que al parecer ganó el voto de la población, cuya psiquis le ha hecho creer que las cosas están mejor; cuando en realidad la inseguridad no ha dado tregua, pagamos el 3% mas de IVA, mas por galón de gasolina, en casa amanezco sin luz y duermo con ella, pero sin agua… si sí, ya sé que la sequía es la culpable; pero tampoco se observa que las autoridades buscan alguna solución, ojalá los aparatos eléctricos no se nos dañen.
En febrero iremos nuevamente a las urnas, y ojalá que las cajas de fósforos de todos los colores y rostros de todo tipo, cuando se nos quite la luz, permitan encender una vela que ilumine también nuestros pensamientos sobre como elegir a las próximas autoridades, no guiados por el odio injustificado que se maximiza cuando comentamos negativamente sobre el candidato que nos cae mal en redes sociales, en lugar de analizarlos a todos como ciudadanos responsables, viendo su formación, experiencia, aportes; unos que sean reales y no el eco del que inició con una mentira y alguien la compartió de manera irresponsable para confundir a las personas.
La política ecuatoriana, nos ha dejado más malas experiencias que buenas. Es momento de dejar de buscar culpables y ser responsables como mandantes, por cuenta propia votar por el que elegimos conscientemente, sin pasionismos políticos, más sí con pasión a la patria y a un futuro digno; ya se sabe que el presupuesto electoral es un número incumplido, y que el que más gasta, lamentablemente gana para luego lamentarnos porque las cosas definitivamente no se han solucionado, es por ello que considero que solo quienes decidimos a través del voto podemos lograr QUE LA CAMPAÑA NO SOLO SEA ENTREGA DE CALENDARIOS, SINO DE PROPUESTAS REALES DE CAMBIO.
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¡Casi nadie prende velas!