EL PAPA FRANCISCO Y LOS ANCIANOS

“LOS ANCIANOS SON LA SABIDURÍA Y LA MEMORIA DE LOS PUEBLOS, NO MATERIAL DESCARTABLE”.

Hay quienes luchan por crear una conciencia para la integridad del medio ambiente global, y es un deber decisivo de todos, por el futuro del planeta.

Hay quienes levantan la voz, en defensa de los animales, como reflejo del valor que debemos dar a la vida.

Pero hay hombres y mujeres que envejecen y el valor de sus vidas todos deberíamos comprender y respetar, para que la dignidad y la alegría por vivir no se jubilen.

Los Gobiernos se alejan de los viejos. Como que no hay tiempo ni voluntad para los Estados, de asumir los problemas del envejecimiento de la población, que debería ser de interés común en la conciencia universal.

¿Dónde está el Estado y los Gobiernos, cuando más los necesitamos?… se preguntan los adultos mayores.

Los Estados asumen decisiones económicas en dependencia de sus necesidades políticas. Son incapaces de atender la dimensión política de los problemas sociales de los adultos mayores, sometidos a la exclusión y a la pobreza.

Los adultos mayores están desligados de las responsabilidades del poder. Su presencia y sus silencios no apacientan a los gobiernos. Con arrogancia o deliberada ignorancia, tienen una aversión por sus derechos.

Es moralmente indefendible que, los Gobiernos, permanezcan indiferentes ante sus necesidades, que se convierten en legitimidad política y social.

Mientras hay Estados que tienen una idealización positiva por los adultos mayores, hay otros que tienen una opinión moralmente quebrantada.

En la globalización de la economía, el adulto mayor, quedó en la periferia. Es la globalización de la injusticia.

Su menguada capacidad económica, los clasifica como consumidores marginales.

Hay que recordar a la sociedad que, jóvenes y adultos se convertirán en viejos irremediablemente. Ella debe pensar que los viejos son nuestra memoria, y los que nos ayudan a entender mejor lo que somos.

En un reciente libro, Raquel Welch, señala que la edad por sí sola, no debería definir a una persona, y admitiendo que envejecer es difícil, sin embargo, dice que es maravilloso saber, que a esa edad se encuentran las respuestas a la vida.

La lucha de los jóvenes no es la misma que la de sus padres. Pero los sueños de los padres solo podrán alcanzarse con la lucha de los jóvenes. Los jóvenes son la imagen de la sociedad adulta.

En un encuentro con el Premio Nobel de Literatura, José Saramago, sentenciaba: “QUE LOS JÓVENES NO SABEN LO QUE PUEDEN, LOS VIEJOS NO PUEDEN LO QUE SABEN”.

Si los jóvenes de hoy no respaldan la lucha de los jubilados; más tarde tendrán que levantar las mismas banderas, en defensa de los derechos de los adultos mayores.

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