MANIFIESTO CULTURAL: “CAÑAR, CIUDAD ARQUEOLÓGICA”

A ti indómita etnia cañari, de estirpe valerosa, la que forjó su legado en los extensos territorios precolombinos del actual Ecuador. A ti, que con tus vestigios arqueológicos, singularmente únicos atestiguan un glorioso pasado. Razones meritorias qué, sumadas a sus manifestaciones culturales y tradicionales de este pueblo milenario, reflejadas en expresiones musicales, coreográficas, religiosas, literarias y lingüísticas hizo que hace 24 años alcance la denominación de: Cuna de la Cultura Cañari y Capital Arqueológica del Ecuador.

Sin duda, es una distinción que enorgullece a sus habitantes, si queremos desterrar ese calificativo de que fue una declaratoria política, ya que en la práctica no habido un seguimiento, peor un empoderamiento. Con la cordura y el respecto que me caracterizan, esbozo este sentido comentario y si estoy equivocado, invoco a que las autoridades cantonales demuestren social e institucionalmente los alcances de esa declaratoria, en la actualidad.

En estos largos años, ¿Qué hemos presenciado? Que no se ha invertido en investigaciones, infraestructura, mucho peor poniendo en valor los sitios arqueológicos o meramente ejecutando un inventario de todos los lugares, monumentos y, sin existir una apropiación de las comunidades poseedoras de esos patrimonios. Simplemente miramos con indolencia, que están en la ruina y el olvido…

Al rememorar esta fecha creo pertinente no celebrar sino invito a reflexionar, en estos tiempos de hecatombes políticas, inseguridad y corrupción que pululan a más de aquellos grandes desafíos en aras de la búsqueda de justicia y equidad social. En Cañar, es el momento pleno que la cultura se sienta como un viento vigoroso que al recorrer cada rincón de éste territorio milenario, recibamos de vuelta su brisa en vuestro rostro y con decencia o vergüenza propia, reconozcamos lo que en verdad, estamos haciendo.

Tan solo así, podremos acercarnos a nuestros hermanos que convergen y comparten ya sea de cerca o lejos, con el vibrar de la razón y los pies firmes, en el lugar que los vio nacer, en ese compartir de anhelos, certidumbres y certezas. Es así que planteo este diálogo, alentando sueños sobre el futuro que juntos vale la pena construir…

En 16 años de administración, se enfatiza que la misión del modelo de gestión es participativa, intercultural y transparente; aspectos que a decir de quienes lo regentan permiten alcanzar el buen vivir para que sus habitantes tengan un presente y un futuro con igualdad más equidad. Contrastando, entre el  Cañar de antes y el de ahora, ¿Se avanzó en esa convivencia armónica, entre la cultura indígena y no indígena, en ese afán de alcanzar esos dos trazados básicos de la Carta Magna referentes al Sumak Kawsay?

Seguramente, en la Sesión Solemne del vigésimo cuarto aniversario, habrá variedad de comunicados de autoridades nacionales y provinciales, instituciones públicas y privadas, haciéndose presentes con saludos reverentes a esta magnánima tierra cañari en honor a su declaratoria, que quedarán en banales deseos, de no efectivizarse en acciones plausibles y palpables.

También la entrega de preseas y menciones honorificas buscando identificar, discernir, estimular y premiar las acciones de instituciones y personas orientadas al trillado “buen vivir”, en procura de resaltar los valores de la sociedad cañari, ¿se estarán ejecutando bajo altos parámetros de selección y distinción? De acuerdo a la Ley de Acceso a la Transparencia, desearía que éstos se me proporcionen.

De una agenda de festejos, que no refleja esa manifestación de una “cultura viva”, aquel evento de elección de la Reina y Ñusta Capital Arqueológica y Cultural del Ecuador, ¿cumplirán alguna valiosa labor humanitaria y social efectiva, en el territorio cantonal? O simplemente se traduce en un cumplimiento: cumplir y mentir.

Al Concejo Cantonal, que no sea la única prioridad invertir en “obras grises de cemento”, destinadas a ese selecto grupo de eternos contratistas. ¿Cuánto del presupuesto se está consignando para Cultura y Patrimonio? Invoco a que el personal con nombramiento o de libre remoción devengue su onerosa remuneración mensual, con propuestas y proyectos innovadores. Que se destierre esa perversa práctica en contra de colectivos culturales, en donde sus proyectos presentados y a pesar de darles haciendo, los encargados de aprobar, ponen trabas y sin mediar un análisis concienzudo, de un “plumazo” lo descartan porque no son afines a su círculo cercano.

Cuando en los últimos años han sido tantas preguntas sin respuestas, evoco aquel adagio que dice: “A los amigos se les habla con las verdades para no herirles con las mentiras”, en lo personal no pretendo adular ni congraciar con nadie, mi ética y convicción periodística no tranza con aquello. Discrepo con los aduladores, que cuidan del puestito o las canonjías por pertenecer a “eternas familias” que coaptan las mieles del afrentoso “poder municipal”.

Espero ese despertar, en aquella capacidad de gestión de las autoridades locales a través de un trabajo mancomunado con iniciativas y proyectos de investigación cultural ante entes competentes para que los saberes ancestrales y el arte en todas sus expresiones y manifestaciones que por décadas están esperando, transformen a esta sociedad cañarense, poniéndolo a la altura de tan crucial denominación.

Por favor, ya no desaprovechen los recursos arqueológicos, mejórenlo tanto como sea posible y poténcielo para una actividad turística especializada. Lo cual indudablemente redundará en el mejoramiento de las condiciones de vida de toda su población, en igualdad de oportunidades, desterrando la oprobiosa coyuntura política.

Unamos todas las voces en torno de una auténtica transformación y que con el eco de sonidos andinos, escuchar en los rincones de la otrora Gran Nación Cañari, sin importar la condición social, económica, política, religiosa, de género ni de otra índole, en una sola mirada amplia y generosa reimaginar la sociedad cañari que todos anhelamos con un empoderamiento cultural/turístico que sea motor generador de la economía del cantón Cañar.

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