YACHAY, UNA UNIVERSIDAD OLVIDADA

El reciente fin de semana, aprovechando el feriado del 10 de agosto, me trasladé a Quito y a Ibarra, al norte del país, a visitar a mi hijo. Él es catedrático, entre otras, en la Universidad YACHAY (U.Y.), ubicada en Urcuquí. Decidí entonces, estando ahí, dar un vistazo al campus universitario, ubicado a 20 minutos del centro urbano de Ibarra. Con “Junior”, de guía, recorrimos gran parte de las amplias zonas urbanizadas de inmenso espacio donde está emplazada la U.Y., que fue concebida como un proyecto emblemático dentro de lo que se denominó la «Ciudad del Conocimiento». Yachay-TECH fue inaugurada en 2014, e impulsada por el gobierno del expresidente Correa, con la visión de convertirse en un referente de educación superior e investigación en América Latina. Su ubicación estratégica, en una superficie plana de 800 hectáreas, más extensa que la misma parroquia, fue decidida para emplazar no solo las instalaciones académicas, sino también equipamientos complementarios para investigación, desarrollo tecnológico y residencias.

Sin embargo, la realidad actual de la U. Y. dista mucho de la visión original. A casi una década de su apertura, enfrenta serios problemas de infraestructura. Muchos de los edificios construidos no han sido terminados…, y los terminados, presentan problemas de mantenimiento. Entiendo que, la falta de presupuesto adecuado ha llevado a que algunas estructuras se conviertan en «elefantes blancos», es decir: grandes edificios inacabados que terminan transformados en monumentos a la insensibilidad, al egoísmo, y a la falta de continuidad en las políticas públicas.

A pesar de los problemas, es crucial destacar la importancia de la educación universitaria en carreras tecnológicas para el desarrollo del Ecuador. En un mundo cada vez más globalizado y digitalizado, invadidos ahora por la I.A., la formación en áreas como ingeniería, informática, biotecnología, nano-física y otras ciencias aplicadas, es fundamental para el progreso económico y social del país. Las universidades, y en particular aquellas como YACHAY, tienen el potencial de convertirse en centros de innovación no solo para formar profesionales, sino para generar conocimiento y tecnologías que puedan ser aprovechadas en la industria y en otros sectores productivos.

El impulso a las carreras tecnológicas es una necesidad imperante para el Ecuador si se quiere lograr una diversificación de su economía y una reducción de la dependencia económica. La inversión en educación superior, especialmente en áreas científicas y politécnicas, debe ser una prioridad para el Estado, garantizando los recursos necesarios para que puedan cumplir con su misión de formar líderes y expertos que el país necesita.

El sistema universitario ecuatoriano enfrenta desafíos significativos que requieren de un compromiso decidido por parte del Estado. La U.Y. es un ejemplo claro de cómo un proyecto, con una visión ambiciosa -insisto-, puede verse afectado por la insensibilidad y por la falta de continuidad en políticas públicas. Solo a través de una inversión sostenida en educación, investigación e innovación, el país podrá enfrentar los desafíos del siglo XXI y asegurar un desarrollo inclusivo y sostenible para todos.  

Es imperativo que se tomen acciones concretas para garantizar que la U.Y. no solo se mantenga, sino que se convierta en un verdadero “Centro de Conocimiento Científico” que impulse el progreso del país.

About The Author