En un ejemplo inspirador de cooperación comunitaria y compromiso institucional, el GAD Municipal ha concretado la construcción de un nuevo sistema de agua potable que hoy beneficia directamente a más de 100 usuarios de las comunidades rurales de Curiurcu, Santa María y Chuchucán.
Con una inversión de 40.000 dólares destinada exclusivamente a materiales, y gracias al valioso aporte de mano de obra calificada y no calificada por parte de los propios comuneros, se logró la instalación de 15 kilómetros de red de tuberías, la construcción de 36 tanques rompe presión, 3 captaciones y un tanque de almacenamiento de gran capacidad. La ejecución de esta obra combinó criterios técnicos de ingeniería sanitaria con un enfoque de sostenibilidad social, fortaleciendo así la gobernanza comunitaria del recurso hídrico.
Desde una perspectiva de desarrollo local, esta iniciativa se erige como una muestra palpable del principio de cogestión, donde el Estado local y la comunidad se articulan bajo lógicas de corresponsabilidad. En palabras de representantes del GAD Municipal de Cañar: “Cuando hay unidad, el agua llega y la vida florece”.
Además, esta intervención permite enfrentar problemáticas estructurales como la escasez hídrica, las enfermedades de origen hídrico y la migración rural, aportando a una vida digna y saludable en el campo. Estudios recientes del Banco Mundial advierten que el acceso limitado al agua potable es una de las principales causas de desigualdad en América Latina y el Caribe, especialmente en zonas rurales. En este sentido, la obra en Cañar no solo es un proyecto técnico, sino una acción profundamente política y transformadora.
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