¡EL AMIGO CÓNDOR, VUELA ALTO!

Cuando los medios y periodistas, van dejando a un lado aquellos postulados históricos e inherentes, pregunto: ¿Conviene celebrar? Mejor les vendría hacer una reflexionar profunda. Entonces, qué debería hacer aquella prensa y comunicación, canallas, a fin de que si algo de decencia les queda, puedan recobrar ese preponderante rol que se les ha extraviado, habida cuenta del contexto caótico que afrontamos como Nación y que, en gran parte, ellos son los responsables.

Evocando el 5 de enero de 1792, la circulación de “Primicias de la Cultura de Quito” va mi admiración y gloria perenne a Eugenio Espejo, genio liberador del pensamiento y padre de la Patria.

Y cuando este 7 de enero, se celebró aquella memorable fecha para el ejercicio del periodismo en el cantón Cañar ya que en 1915 surge el periódico “El Carácter” con  la pluma combativa del destacado colega Alfonso María Arce. En los actuales momentos, cuanta falta hace, ese legado de insignes obreros de la verdadera comunicación, ya que ante la corrupción un sepulcral silencio cómplice, ha sido la única respuesta y al parecer, presuntamente imitamos lo malo. Si ya en la capital, asomó una “mama lucha”, luego en el Azuay y, por fin en Cañar, se develó, haciendo pública aquella denuncia frontal, esperamos que los entes competentes la investiguen y no la ignoren.

Por los esforzados, los sacrificados y arriesgados Periodistas y Comunicadores  Sociales, no hipotecados a la pauta. A ellos, que hayan tenido un reconocido día, por su denodado trabajo.

De poder volver una mirada a esa lesiva práctica manipuladora, sesgada e hipotecada al pautaje, que en los actuales momentos se ejerce como pseudo “periodismo”, Espejo en Ecuador y Alfonso María Arce, en Cañar; con seguridad, se volverían de bruces a la tumba yerta…

“Estoy preparado para lo peor, pero espero lo mejor”, decía el político Benjamín Disraeli. Ya han pasado casi 200 años desde que el político británico utilizase esa cita; en este difícil momento de la política, la economía y lo social del Ecuador, hoy sus palabras vienen cargadas de sentido. En períodos de crisis en los que el ser humano se deja llevar por el miedo, cultivar la ternura y la esperanza surgen como herramientas para asirnos, en ese afán de proseguir adelante.

El Colectivo “El Vuelo del Cóndor”, en su quinto aniversario, inicia y celebra este 2025 con ternura más esperanza, con otra propuesta cultural. En unidad y esperanzados, demuestran ese estado de ánimo optimista en el cual aquello que se desea o aspira, es posible y con ternura también, ya que quizá, es el mayor acto de rebeldía, así cimentaremos la prodigiosa semilla de que una humanidad más justa y amorosa, todavía es posible.

Recordemos que la Gran Nación Cañari, antigua civilización que ocupaba una amplia extensión territorial, en lo que hoy es Ecuador veneraba a la luna, cerros, a grandes árboles, a guacamayas, a piedras jaspeadas y a las lagunas de la región.

Diversos estudios arqueológicos sostienen que los cañaris tenían un calendario sofisticado que se basaba en los reflejos de la luna en agujeros tallados en las rocas. Estos “agujeros o piedras tacitas” estaban colocados bajo ángulos específicos, para atrapar “dichos reflejos” de cada mes lunar del año. 

En ese noble y altruista afán de rescatar para difundir el pensamiento cañari, al conmemorar un nuevo aniversario de presencia periodística e informativa damos la bienvenida a este naciente 2025 con un vistoso calendario lunar y cultural ya que consideramos imperecedero combinar aquellos “saberes” para la realización de distintas actividades agrícolas en la chakra, ganadería y en aplicaciones medicinales. Para hacer posible este anhelo ha sido imprescindible una amistad incondicional, de cada uno de sus integrantes; es así que acopiando el virtuosismo plasmado en acuarelas del destacado artista José Cela junto a un sutil toque literario / poético cual murmullo acogedor, combinado en manos diestras de un destacado diseño, que impresiona.

El objetivo que persigue este aporte, cual calendario lunar cultural, es perennizar un conocimiento ancestral que fue descubierto en épocas ancestrales mediante la experimentación y observación a través de décadas de ingenioso estudio constante, desempeñando un papel significativo a lo largo de la historia. Propendemos  a no relegarlo, peor olvidarlo, sino convertirlo en una efectiva guía de meditación personal y  de éxito en las siembras, de acuerdo a sus cuatro momentos o fases (llena, nueva, creciente y menguante) en que se divide la madre killa, principal dios cañari.

Que en estos 365 días que están decurriendo: miremos con los ojos del alma y toquemos con las manos del corazón, en aquel acto de profunda empatía y compasión, haciendo que un espíritu agradecido florezca en lo sencillo, genuino y real: desde un abrazo inesperado, un afable rostro que comprende, ese gesto que cuida y acaricia, hasta una sonrisa que contagia y muchísimos detalles más…Por ese sentido recuerdo más allá de esta vida, evocamos el pensamiento inmortal de Galo y Eliécer.

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