El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, no tiene filtros al momento de expresar sus afectos o desafectos en redes sociales. Iracundo cuando lo cuestionan, soberbio cuando lo admiran, el funcionario utiliza sus redes sociales para agradecer a sus seguidores o para lanzar advertencias a sus detractores, que van desde lo legal hasta el uso de la fuerza física, de ser necesario.
Un ejemplo de aquello sucedió el domingo 23 de noviembre, cuando Álvarez atacó al periodista deportivo Diego Arcos en su cuenta de X, a quien calificó de «campeón para sufrir» porque publicó una fotografía de la venta de camisetas de la Selección Ecuatoriana de Fútbol en plena vía pública, con la leyenda «piratería ambulante».
Minutos después, Arcos posteó en su cuenta un mensaje de Whatsapp atribuido a Álvarez, en el que lo insulta y amenaza con «romperle la trompa» si continuaba mencionando a su hermano Antonio, presidente de Barcelona Sporting Club, a quien Arcos cuestionó sobre su estatus en el equipo guayaquileño. El secretario de Integridad Pública, José Julio Neira, también llevó su parte, cuando ese mismo domingo Álvarez lo increpó por lo que calificó como una persecución a su familia.
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