El pasado viernes 8 del presente mes y año, el Gobierno Intercultural del cantón Cañar organizó un conversatorio intitulado: Asalto de Pucuhuayco, cuya finalidad fue la de sustentar los hechos históricos que devino en la presunta Independencia del 2 de noviembre de 1820. Evento que se efectuó en el “salón azul” de la Casa Municipal con la anuencia del burgomaestre más su grupo de ediles, en donde se dieron cita autoridades diversas, público en general y estudiantes del cuadro de honor de diversos establecimientos. La sustentación de los hechos estuvo a cargo de los doctores en jurisprudencia: Señores Wilson Gonzales, Patricio Moncayo y el Ab. Rolando Siguencia.
Hay una frase muy decidora: “Los amigos se hieren con la verdad para no destruirse con las mentiras”, es así que debido a la estima que profeso con el Dr. Patricio Moncayo y el Ab. Rolando Siguencia he creído pertinente generar este espacio de diálogo a través de esta columna periodística de opinión argumentativa, propositiva y crítica a fin de clarificar ciertos aspectos que convergieron en aquellas tres disertaciones de ese día. En lo personal, me llamó sobremanera escuchar la “táctica militar” del grupo de Patriotas comandado por Miguel del Pino, sin derramamiento de sangre, haciendo huir a la tropa de 20 Realistas que escoltaban al Gobernador apresado Díaz Cruzado…
Suceso último, que me hizo recordar el relato de Manuel J. Calle, de aquel joven que combatió en la batalla del Pichincha en 1822, recibiendo tantas balas y cañonazos. E inclusive perdiendo todos sus miembros de uno en uno, se mantuvo en la lucha. Hasta el final siguió gritando «viva la Patria» y murió en el campo envuelto en el pabellón tricolor. Esta leyenda que se repite como hecho histórico indiscutible pero inverosímil por parte de su creador, no resta el heroísmo de Abdón Calderón haciendo más de lo que se esperaba de él, en medio del conflicto por la Independencia. Sin duda, es ejemplo y referente de la Patria.
Volviendo al tema que nos ocupa, se hace urgente recurrir a datos y no a simples relatos, en ese afán de valorar al auténtico cañarense, a que esté en la línea correcta de justipreciar los hechos históricos, más no en una enmarañada mala suerte de comedia fantasiosa. Sin el mínimo intento de querer desmerecer a los expositores, las autoridades de Cañar deberían de repensar en un nuevo conversatorio con la presencia de reconocidos historiadores o cronistas vitalicios, para contrastar y así no incurrir en distorsionar los sucesos históricos acaecidos.
Recurro a la valía intelectual del Ing. Bolívar Cárdenas, miembro de la Academia de Historia del Ecuador, así como también a lo esbozado en dos opúsculos de su autoría: Dos hechos libertarios en el Austro y Narraciones del 3 y 4 de noviembre, para poner en la palestra del debate un concienzudo análisis acerca de una verdad de los hechos, los mismos que podrían ser fácilmente corroborados ya que están apegados en la existencia de archivos históricos, empecemos:
Algunos historiadores básicos como Octavio Cordero Palacios, Alfonso María Borrero, Alberto Muñoz Vernaza, Antonio Lloret Bastidas, Juan Cordero Iñiguez narran de manera muy sucinta el evento independentista de Cañar. La Historia es una ciencia y hay que entender las consecuencias lógicas: El Gobernador Antonio Díaz Cruzado era representante del Monarca Rey en Cuenca. Los Patriotas (nueve en total) entre ellos Salazar, Lozano y Tomas Ordoñez, lo único que pedían no era que Vásquez de Noboa se convierta en Gobernador sino la anuencia para tener un reunión de padres de familia en donde se informe la noticia que acababan de recibir del hecho independentista de Guayaquil y a lo mejor declarar la Independencia en Cabildo ampliado. Díaz Cruzado aceptó, siendo esta la causa para que sea sometido a prisión, tentativamente del 18 de octubre al 2 de noviembre y, al estar trasladándose a Quito, llegando a Cañar lo liberan.
Para el raciocinio colectivo pregunto: ¿Puede ser considerado la liberación de un Gobernador Realista, un acto de Independencia? Si fuese así, entonces debería aparecer en el listado general de próceres de la Independencia y de los Héroes de Verdeloma que manejan todos los destacados historiadores del Ecuador. De nuevo vuelvo a preguntar: ¿Por qué algo ínfimo, mínimo se lo pretende hacer grande, inconmensurable, rimbombante? La razón no pide fuerza y por favor a la Historia no la mancillemos.
Lo lógico sería que se decrete mediante ordenanza al 12 de noviembre como día de la Independencia, ya que es en esa fecha donde se elaboró el acta de Diputados y ahí se señala: “Desde el pueblo libre de Cañar, las milicias libres de Cañar…” De persistir esa tozuda voluntad política del 2 de noviembre, será una fecha desapercibida, por el largo feriado que siempre acontece. Se volverá insignificante, desapercibida, ínfima. No como Cañar, el pueblo altivo y milenario se lo merece… La decisión ahora está en vuestras manos. Pensando en las personas que se dieron cita en ese día del conversatorio y a los que me leen: No acepte una verdad, sin antes haberla evidenciado como tal…
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