Para iniciar con el presente trabajo, quisiera hacerlo planteando la siguiente interrogante: ¿Qué tienen en común el reconocido investigador inglés Charles Darwin, autor de La Evolución de las Especies con el no menos célebre científico alemán Albert Einstein, creador de la Teoría de la Relatividad y también con los reconocidos actores cinematográficos Keanu Reeves y Anthony Hopkins sumados a la figura del mejor futbolista de la historia Leonel Messi y a un genio de la tecnologia y de la innovación como Elon Musk? La respuesta es simple y llana, que todos los personajes mencionados han sido diagnosticados con Asperger – Autismo.
Pero, ¿qué es el autismo? Según la definición de algunos autores es: “El trastorno del espectro autista es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación…” por tanto, no es una variante de retraso mental o una enfermedad.
En este punto es importante mencionar que la incorporación del término autismo al significado actual se debe a Leo Kanner, tras la aparición en 1943 del que se puede distinguir como el artículo fundacional del autismo actual: “Autistic disturbances of affective contact” (Trastornos autistas del contacto afectivo).
Gracias a un espacio radial, hace pocos días tuve la oportunidad de conversar con los representantes de la Fundación Corazones Azules, quienes de alguna manera transmitieron su experiencia de ser padres de niños con autismo; decía su directora que cuando su niño fue diagnosticado, la vida de su familia dio un giro inusitado, sin embargo, cuando fue aprendiendo de qué se trata realmente, fue entendiendo que el autismo no es más que una condición, en oro, la sociedad debe entender que la misma debe cohabitar con nosotros.
Finalmente debo decir que en el Ecuador 30912 personas han sido diagnosticadas con autismo, decir que aquellas seres humanos forman parte importante de la sociedad y por ello deben ser incorporadas sin miramientos diferenciados, entender que las normas legales y sociales deben ser adecuadas a fin de determinar que el espectro autista es, a riesgo de redundancia, una condición… no una enfermedad.
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